CIUDAD DE GUATEMALA, 4 de junio (proceso).- Cuando el narcotráfico mexicano llegó a Centroamérica, encontró un caldo de cultivo en miles de militares
desmovilizados “””muchos de ellos participaban ya en actividades criminales””” y miles de jóvenes incorporados a las maras, así como en un mercado ilegal de armas floreciente, una próspera industria del sicariato y una gran estructura que lucra con la violencia.
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