VALPARAÍSO, 21 de marzo (apro).- Sebastián Piñera abandonó la Presidencia de Chile dejando un reguero de medidas, dictadas en los estertores de su mandato, que en algunos casos promueven el secretismo y en otros a empresas energéticas e inmobiliarias.
La más polémica de las medidas se conoció el pasado 10 de marzo, un día antes que Michelle Bachelet asumiera por segunda vez la primera magistratura del país. Ese día el diario electrónico El Mostrador reveló que el 15 de enero Piñera firmó el Decreto Supremo No. 14 de 2014 que, en lo sustancial, deroga el Decreto Supremo N° 77 (de 2004), el cual obligaba a todos los funcionarios públicos a conservar sus correos electrónicos por un periodo de seis años con el fin de “asegurar la constancia de la transmisión y recepción de información”.
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