CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con una bandera de colores en la mano y flores llegaron a la iglesia las amigas de Paola; arregladas, con vestidos cortos y zapatillas, se colocaron en la parte delantera del templo y atentamente escucharon las palabras del padre, mientras la foto de Paola posaba sobre un banquito.
Convocaron a esta misa, en la colonia Guerrero de la ciudad de México, el domingo 30 de septiembre, para honrar la memoria de su amiga a exactamente dos años de que fuera asesinada, y también para recordar que su caso sigue impune.
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