MONTERREY, N.L. (apro).- El entusiasmo de Claire es dolorosamente patético: se enamora, a través de chats de redes sociales, de un hombre joven al que no ha visto en persona. Como mujer madura, vive un éxtasis virtual que experimentan las chicas en la adolescencia.
Inmiscuyéndose, voluntariamente, en una relación incorpórea, se vuelve loca de amor. Prendada de un fantasma, al que cree conocer, comienza a desapegarse de la realidad, mostrándose cada vez más emocionada y feliz con una ilusión que le ha regresado vitalidad a su aburrida existencia.
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