MÉXICO, D.F., 22 de diciembre (proceso).- Al igual que Salinas, Zedillo y Calderón, el presidente en funciones ha tomado una medida de gran impacto apenas iniciado su gobierno con el fin de afianzar su poder e imagen. Además de haber marcado sus respectivos sexenios, las medidas de los tres exmandatarios revelaron con claridad su manera personal de concebir y ejercer el poder presidencial. Bajo esa óptica observaremos las consecuencias e implicaciones de la primera gran decisión política de Enrique Peña Nieto.
A los 10 días de asumir el poder, y en el marco del Pacto por México, el nuevo gobierno dio un paso significativo hacia la recuperación de la rectoría del Estado en la definición de la política educativa del país. No obstante, aún son muchas y complejas las asignaturas pendientes. Neutralizar el poder de Elba Esther Gordillo era no sólo un clamor nacional, sino elemento esencial para superar los profundos rezagos en materia de educación. En ese diagnóstico coinciden los más autorizados análisis de instituciones y especialistas, nacionales y extranjeros: El sindicato de maestros y su liderazgo constituyen una de las causas fundamentales “no la única” del desastre educativo que vive el país.
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