CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el marco del escándalo por la ilegal suspensión de derechos y la inmediata destitución de Miguel Barbosa como coordinador del PRD en el Senado, así como de la posterior renuncia de éste y el nombramiento mayoritario, pero objetado, de Raúl Morón, ha salido el ineluctable tema del plan de la dirección perredista para la próxima elección presidencial. ¿Cuál es ese plan?
Como el PRD ha dejado de ser una opción singular, es decir, ya no aspira a hacerse cargo del poder político de la República, se ha instalado plenamente en el mercado político mexicano. Al hacerlo, cada vez que va a haber una elección se analizan en sede perredista las posibilidades de formar parte de algún esquema político de los adversarios. Así hemos visto las alianzas electorales con Acción Nacional y, ahora, las candidaturas propias con el propósito de ayudar a derrotar a Morena.
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