Jesusa Cervantes, Arturo Rodríguez y Luciano Campos
MEXICO, DF, 3 de septiembre (proceso).- El ataque al casino Royale de Monterrey el pasado 25 de agosto exhibe los intereses de la industria del juego y el entretenimiento en Nuevo León que reditúan ganancias anuales estimadas en 24 millones de dólares por cada casa de apuestas; desnuda también la red de complicidades entre permisionarios y operadores de esos establecimientos con autoridades de los tres niveles de gobierno y aun de la jerarquía católica nacional.
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