Cuando despertó, la persistencia feminicida todavía estaba allí…

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A treinta años de distancia –desde la instauración del neoliberalismo hasta el inicio de la 4T–, los crímenes de género, hoy sujetos a la mezquindad de una disputa política, continúan sumando día tras día cadáveres de niñas y mujeres al listado luctuoso de la barbarie que carcome las entrañas del país.

Con el fenómeno de las muertas de Juárez inició en México, a instancias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), el recuento sucesivo de feminicidios y, con ello, la socialización de la impunidad imparable hasta el día de hoy.



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