Luis Chaparro
El Paso., 30 de junio (apro).- Al inicio, hace unos tres años, cada niño tenía su propia cama. Los Centros de Procesamiento para Menores eran básicamente dormitorios de tipo militar: camillas individuales alineadas en dos hileras, una frente a la otra, con una manta y una almohada cada una. En el suelo de estos centros, unos 80 en todo el país, no había suciedad ni ropa ni alguien durmiendo.
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