MÉXICO D.F., 15 de marzo (apro).- La relación de Cuba con el proceso bolivariano puede ser leída desde varios registros, que trascienden la retórica de los discursos oficiales –profusos en calificativos como hermandad, solidaridad e internacionalismo–, así como los de ciertos sectores de la oposición –que desconocen cualquier aporte positivo del país caribeño al proceso en curso en Venezuela–, para adquirir ribetes pragmáticos.
Vistos desde la Habana, los nexos económicos con Venezuela resultan, a corto plazo, insustituibles para la isla. Caracas garantiza la matriz energética que mueve la economía cubana, aporta créditos para inversión –como los dirigidos a varias refinerías, puertos y aeropuertos– y adquiere servicios de más 40 mil profesionales cubanos de la salud, la educación y el deporte, pagados muy por encima del valor salarial de estas profesiones en el mercado laboral venezolano.
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