CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante años he venido propugnando porque la ópera deje el recinto sagrado y salga de Bellas Artes para presentarse en otros espacios que, si no más adecuados para la representación en sí, sí menos atemorizantes para la gente no habituada y con boletos de menor costo que los del palacio de mármol.
Por eso me pareció muy buena la iniciativa de Cuéntame una ópera, que fue concebida para presentarse en espacios alternos con la intención expresa de atraer nuevos públicos. Las óperas a presentar serían objeto de una adaptación especial que reduciría su duración pero mantendría los momentos más brillantes de cada obra, a más de que se les harían otras adecuaciones para que, sin que perdieran esencia, ofrecieran las óperas de una manera más ligera y accesible a los no iniciados.
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