Cuidado con los juzgados a modo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una consecuencia de las reformas constitucionales es que se tiene el deber de ajustar las formas, los modos y los hábitos. Algo que no siempre es fácil dadas las inercias que se tienen entre nuestras autoridades. A veces sucede que prefieren interpretar los alcances de dichas reformas de manera que se ajusten a los usos acostumbrados, en vez de honrar el compromiso de cambiar su modelo de actuar.

No pasaron ni dos meses de publicada la reforma judicial de marzo de este año, y me he topado ya con un caso así, donde la costumbre busca ser más fuerte que la reforma. Se trata de la concentración de juicios. Una figura que es excepción a las reglas de turno y competencia que rigen en sede judicial, y que faculta al Consejo de la Judicatura Federal solo a concentrar varios juicios en uno o más órganos judiciales para que conozcan de asuntos vinculados con hechos que constituyan violaciones graves de derechos humanos, si es de “interés social y orden público”.



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