CIUDAD DE MÉXICO (apro).— Ni el discurso oficial que presume el crecimiento económico del país en condiciones externas adversas, ni el espaldarazo por parte del gobierno federal a Petróleos Mexicanos (Pemex) pueden mejorar la percepción del país ante los inversionistas.
Al contrario, este día Moody’s Investors Servic decidió cambiar la perspectiva de calificación del país de “estable” a “negativa”, aunque mantuvo la calificación “A3”, ante los lastres que arrastra la economía mexicana, pese a las reformas estructurales aprobadas en el actual sexenio de Enrique Peña Nieto.
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