De EU a Canadá Huyendo de Trump

MONTREAL (proceso).- El poblado quebequense de Hemming­ford (a 70 kilómetros de Montreal) comparte con Mooers, Nueva York, un camino llamado Roxham. Una zanja poco profunda, una pequeña reja oxidada y un par de letreros fungen como los únicos elementos que indican el límite entre Estados Unidos y Canadá. Desde hace algunos meses, cientos de personas –un número considerablemente mayor al promedio– han ingresado ilegalmente a este último país a través de esta ruta.

Son las nueve de la mañana del miércoles 1. Dos patrullas de la Policía Montada de Canadá se encuentran estacionadas a pocos metros de la zanja entre Hemming­ford y Mooers. De repente, un taxi se detiene del lado estadunidense de la frontera. Una mujer desciende del vehículo acompañada de tres niños. Agentes de migración de Estados Unidos llegan inmediatamente y le piden los pasaportes. Verifican que madre e hijos se encuentren en el país de manera legal. Luego del control migratorio, la mujer camina con sus pequeños mientras maniobra para sujetar, al mismo tiempo, sus pocas pertenencias. Agentes de la Policía Montada de Canadá le advierten que, si continúa, será detenida por ingresar ilegalmente al país. Responde que está consciente de la situación y que proviene de Sudán. Los agentes toman a los niños de la mano e informan a la madre que está oficialmente detenida, leyéndole enseguida sus derechos. Todo ha salido para ella de acuerdo con lo previsto.



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