CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Si usted lector, lectora, entra a YouTube a buscar videos de la Segunda Guerra Mundial, tarde o temprano podrá ver algunos en donde se habla del cómo fueron castigados los criminales de guerra nazis, juzgados en diferentes ciudades europeas. Muchos de los acusados fueron sentenciados a morir en la horca.
Los videos narran la maldad con la que actuaron los nazis en los campos de concentración, las barbaridades que cometieron y las inauditas matanzas a los judíos en los campos de exterminio. Es de terror. Curioso es saber, sin embargo, que los alemanes no–judíos, la mayoría de ellos, no veía nada de malo a la persecución de los judíos. Probablemente la población civil no estaba enterada de los abusos en estos campos de concentración y tal vez los que sí estaban enterados, no lo veían del todo mal. La propaganda nazi era espectacular y habrían logrado cambiar el criterio de las poblaciones de alemanes. Vamos, los propios nazis se acostumbraron a este exterminio infame y ni siquiera les quitaba el sueño. Digamos que lograron hacer cotidiano el asesinato de miles de seres humanos inocentes. Y lo sabemos todos, hay una serie de valores que se nos inculcan desde niños, sobre lo que está bien o no, lo bueno o lo malo. Y entonces –en general– aprendemos a comportarnos de alguna manera que va a tono con un sistema de valores éticos, los cuales se aprenden desde niños.
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