CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una larga discusión en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) se convirtió en un intercambio de acusaciones entre los dos principales bloques electorales sobre la colusión del bando contrario con grupos criminales, y terminó ofreciendo un retrato desolador sobre la penetración de los partidos políticos por la delincuencia organizada.
Durante el debate sobre la adopción de un “mapa de riesgo electoral” elaborado por la oposición –que fue descartada por los consejeros del INE–, la mayor parte de los representantes de los partidos se refirieron en términos genéricos a la violencia en varias zonas del país, pero otros se arrojaron los nombres de personas vinculadas con el crimen organizado.
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