Defensa del arte popular contra la piratería

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Como epidemia –hasta pandemia, pues ha trascendido las fronteras– se ha desatado una avalancha de plagios, apropiaciones ilegales o poco éticas, imitaciones y piratería contra el arte popular. Y nada ni nadie se salva.

Si hasta hace unos años eran claramente identificables los “árboles de la vida” de Metepec, los bordados de Tenango, los tejidos mayas, el barro negro de Oaxaca, las bateas de Michoacán, los rebosos de Santa María, las muñecas mazahuas o la talavera de Puebla, hoy la pregunta obligada antes de comprar es: ¿Y no será chino?



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