MADRID (apro).– En los dos últimos años, 340 activistas medioambientales y de derechos humanos han sido asesinados por defender a las comunidades indígenas y rurales que se ven afectadas por proyectos la industria minera y extractiva, agroindustrial, tala de madera, presas hidroeléctricas, derechos de agua y la caza furtiva, denunciaron este viernes las organizaciones Greenpeace y Global Witness.
El 40% de estos casos las víctimas son activistas o líderes indígenas que defendían sus tierras de estos proyectos invasivos y destructores.
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