CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Horas después del sismo ocurrido ayer, en el corredor Roma-Condesa no faltan jóvenes dispuestos a ayudar; centros de acopio en los parques México, España y Pushkin, y un despliegue, calle por calle, avenida por avenida, de soldados, policías federales y marinos apostados frente a decenas de edificios con daños estructurales, fugas de gas y vecinos desalojados que miran con desconfianza sus propios edificios.
Desde muy temprano, en la Glorieta de las Cibeles, jóvenes auto-organizados forman filas para pasarse víveres, aguas, alimentos enlatados, medicamentos, jeringas y cobijas, mientras otros caminan en procesión hacia uno de los epicentros del desastre: la avenida Álvaro Obregón 286, a unos metros de la Sala Chopin, donde el Plan DNIII se activó y restringió el paso de los voluntarios.
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