CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ni el más remoto rincón del planeta se salva de la contaminación generada por la actividad humana: un estudio publicado hoy en la revista Nature, Ecology & Evolution identifica “niveles extraordinarios de contaminantes orgánicos persistentes” (COP) en poblaciones de crustáceos que viven a más de 10 mil metros debajo del nivel del mar, en dos de las fosas marinas más profundas del mundo.
De acuerdo con el estudio, los niveles de COP detectados en las fosas de Mariana y Kermadec –ubicadas respectivamente en las partes noroeste y suroeste del Océano Pacífico– incluso “rebasan considerablemente” los índices medidos en las regiones más industrializadas del globo, como es el caso de Liaohe, “uno de los ríos más contaminados de China”.
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