CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Al otro lado del auricular, Erick Uriel Sandoval Rodríguez, no cabe de felicidad. Tres horas antes de hablar vía telefónica con apro, salía del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 14 de Gómez Palacio, Durango, después de siete meses y 10 días de haber sido detenido por efectivos de la Policía Federal en Apililulco, municipio Cocula, Guerrero.
“¡Gracias a Dios todo se arregló!”, suelta tras saludar a la reportera y advertir que ya había tenido contacto con su padre y su madre, Froylán Sandoval y Carmen Rodríguez, así como con sus hermanos y sus hijos, de 12 y nueve años.
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