“Disquisición”

CIUDAD DE MEXICO (apro).- Mis queridísimas hermanas de lucha… escribo, sí, para ustedes, no para las que veo y siento como Pía Segura, ese ser degenerado que siente y opina que “la mujer es muy importante y somos las ayudas idóneas… para el hombre… pues la cabeza del hogar debe ser el varón… porque así lo estableció Dios en un plan perfecto… la mujer es sólo ayuda idónea… y la revolución femenina ha traído desorden a lo que estableció Dios y la mujer se ha levantado con soberbia y manipulación ante el varón… que Dios hizo cabeza de este mundo”… pobrecitas, en el pecado llevan la penitencia.

Escribo la presente, decía, para ustedes, las herederas de la primera rebelde contra el machismo, de palabra y hechos, de Yahvé… mostrado y confirmado por su predilección por los machos de nuestra especie, la humana… como lo asegura el Viejo Testamento y lo confirman las tradiciones religiosas de judíos, cristianos y mahometanos… todos ellos adoradores de un mismo Dios con distintos nombres… pero todos ellos generadores de brutales, sangrientas y estúpidas guerras religiosas entre ellos y contra creyentes de otros dioses… y también machistas a ultranza… tanto en el pasado como en el presente… como en esos sus días de globalización… en que judíos, cristianos y musulmanes, que suman un tercio de la población mundial… y creyentes en una misma divinidad, tienen al mundo con el ¡Jesús! en la boca… ¿qué pensar de esa deidad de la que sus predilectos, los machos, son los engendradores de tan brutal e inquietante hecho?… siendo sus imagen… como dice la palabra Dios, la Biblia… la que también asegura que no se mueve la hora de un árbol sin la voluntad del Señor… que pensar, insisto… pero esa sería otra historia, como dijera el escritor inglés Rudyard Kipling… y desviarme del propósito de la presente que es el de informarles que disfruté de lo lindo por unas semanas, las gocé todas en que los pronósticos, en la carrera por la presidencia de los USA, daban por segura ganadora a la señora H. Clinton, que ganaría de calle a D. Trump, representante típico del vil y grosero machismo. Esa anunciada victoria regocijó mi corazón al pensar la rabieta de Yahvé al ver como perdedor a uno de sus machos… después, todo mi gozo se fue al pozo… y por semanas… fui zarandeada por la sorpresa, el desencanto, la frustración, el rencor y la idea del desquite. Lo admito, esos sentimientos generados por el impensable triunfo de D. Trump pueden ser criticables… pero pueden justificarse si se tiene en cuenta los muchos siglos… ¿qué digo siglos?… los milenios en que servidora sintió y tuvo que tragar como los machos de la especie… los predilectos de Yahvé… ejercían toda clase de acosos malos tratos y brutalidades, incluso asesinato sobre nuestro sexo, las mujeres del mundo… y que todavía persisten en esa su sociedad global, dizque la más igualitaria que se ha conocido… ¡que no le vengan con cuentos a servidora!… ¿a quién quieren engañar?



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