MÉXICO, D.F., 17 de agosto (apro).- En los años 70 del siglo pasado el ajedrez era un juego muy distinto al que hoy vemos. Bobby Fischer, por ejemplo, en 1972, enfrentó a Campeón del Mundo, Boris Spassky, de la ex Unión Soviética, y demostró el norteamericano ser mejor que el campeón en turno, logrando arrebatarle el título mundial.
Esto, para la Unión Soviética fue casi una afrenta internacional. ¿Cómo era posible que un “yanqui”, de un ambiente capitalista, derrotara al esfuerzo comunitario que depositaron en Spassky en su momento? ¿Qué pasó con la Escuela Soviética? ¿Cómo el esfuerzo de un solo individuo pudo contra esta maquinaria ajedrecística de la entonces URSS?
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí