El Cisen: Inteligencia de Estado… que no fue

Erubiel Tirado / CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En el principio… fue necesidad de Estado. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) fue la respuesta necesaria para apartarse de tajo de la corrupción y la gobernanza criminal que entre 1947 y 1985 reinó en el país dejando una estela de asesinatos, desaparecidos y de prácticas represivas con una subcultura de cooperación de cañerías con otros organismos civiles y militares de aquí y de Estados Unidos. El origen del Cisen fue un parteaguas (tardío) de la modernidad política del sistema político mexicano. Nace apartándose de la degradación de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), que desaparece en 1985 como resultado de su descomposición como policía política (dis)funcional, al servicio del presidente y/o del secretario de Gobernación en turno… Luego de un periodo de transición (1985-1989) nace el Cisen con la aspiración legítima de conformar un servicio civil de inteligencia que sirviera a los intereses del Estado mexicano (ver artículo de Jorge Carrillo Olea, La Jornada, 23 de febrero de 2018).

Ascenso de la inteligencia… y caída por oportunismo e ignorancia. Para efectos de análisis aproximado, la vida del Cisen puede dividirse en dos grandes periodos. El inicial (1989-2000), que procura una profesionalización del servicio de inteligencia civil con un marco regulatorio basado en las decisiones y la confianza discrecional del presidente en turno. Aunque, hay que decirlo, no dejó del todo prácticas de colaboración en la represión selectiva del régimen, cierta militarización del organismo o el vaivén de la cooperación, con resultados satisfactorios en términos generales, con Estados Unidos.



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