EL DESPERTAR

MÉXICO, D.F., 26 de mayo (proceso).- Nacido del desprecio, el Movimiento 131 que se originó en la Universidad Iberoamericana el undécimo día de mayo, durante la visita de Enrique Peña Nieto, puso en jaque a la clase política y a los medios que los desestimaron.
Durante días se encontraron con el rostro mutado. Distorsionados sus dichos y sus gestos, no se reconocieron en la realidad que proyecta la televisión, tampoco en la que escribe un sector de la prensa. Los llamaron fascistas, porros, acarreados de un partido político que los había entrenado para “reventar” adversarios. Los desconocieron como alumnos con un discurso legítimo. Censurados en medios electrónicos, los insultaron también con el silencio.


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