CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En 2011, al entregar los números de NIP de los teléfonos celulares de Miguel y Omar Treviño Morales -los entonces líderes del cártel de Los Zetas conocidos como El Z40 y El Z42– a integrantes de la Policía Federal (PF) mexicana, la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) cometió un grave error.
Un agente mexicano avisó a los criminales que habían sido traicionados por varios de los suyos. Los hermanos Treviño decidieron vengarse. Ello desembocó en la terrible masacre de entre 28 y más de 300 personas en Allende, Coahuila, que Los Zetas perpetraron entre el 18 y el 20 de marzo de 2011. Las cifras varían según las fuentes de información.
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