El Estado kurdo, un sueño que se desdibuja

PRISMA INTERNACIONAL / REPORTAJE / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente kurdo, Massoud Barzani, es como el jugador que está en camino de ganar el juego, se apresura con lo que cree que es una mano imbatible y termina casi expulsado de la mesa.

Lo ocurrido en esta semana no sólo es un desastre personal para él -hijo del líder histórico de los kurdos iraquíes, Mustafa Barzani-, también para las aspiraciones de formar un Estado nacional kurdo. Es un caso de obstinación que, de haber triunfado, pasaría a la historia como audacia y tenacidad, pero ahora apunta a quedar considerado como necedad e imprudencia.



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