OCOSINGO, Chis. (apro).- Sin la presencia de los mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, admitió la responsabilidad del Estado mexicano en el caso de la violación y tortura que sufrieron tres hermanas indígenas tzeltales, en 1994, en un retén del Ejército instalado en el municipio de Altamirano.
A 25 años de aquel 4 de junio, cuando Ana, Beatriz, Celia y la madre de éstas, Delia, fueron retenidas y golpeadas, además de violadas las tres primeras, este viernes se celebró en la plaza central de Ocosingo un acto público protocolario para ofrecer una “disculpa pública” y hacer un reconocimiento a las víctimas por parte del Estado.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí