El INAH, una historia que merece mejor futuro

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Pensar en los fundadores de la antropología moderna en México obliga a remitirse a una enorme lista de nombres que van desde Miguel Othón de Mendizábal, Manuel Gamio, Luis Castillo Ledón o Daniel Rubín de la Borbolla, hasta las aportaciones de estudiosos extranjeros, como Paul Rivet, Jacques Soustelle, Paul Kirchhoff o Johanna Faulhaber.

Los orígenes de esta noble disciplina –que ha contribuido al estudio de las poblaciones, su historia, culturas y lenguas, así como de sus problemas económicos, sociales, de educación y salud–, se remontan más atrás de la fundación del emblemático Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Están, y poco se sabe, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en cuya Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) se creó en 1939 el Departamento de Antropología y la carrera correspondiente.



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