La investigadora Cristina Barros –integrante de la campaña Sin Maíz no Hay País– sostiene que los negociadores mexicanos, destacadamente el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, no han defendido bien la prohibición de importar el maíz transgénico de Estados Unidos, pese a que sí están demostrados los daños que causa a la salud y al medio ambiente, sobre todo para México donde se consumen 300 millones de tortillas al día.
Ciudad de México (Proceso).- El maíz está indisolublemente ligado a nuestra historia, tradiciones culinarias y cultura milenaria, y ante la amenaza de Estados Unidos por el decreto presidencial que prohíbe la importación de maíz amarillo transgénico, la investigadora Cristina Barros señala que no hay disposiciones en el T-MEC que obliguen a México a seguir comprando ese grano.
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