El Metro, una bomba de tiempo con cabal salud

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante el 2013 y el 2014 dediqué varias entregas al tema del Metro de la Ciudad de México en estas páginas de Proceso. El grave “accidente”, así le quieren llamar, que tuvo lugar el lunes pasado justifica que retome el asunto donde al actualizar los datos nada ha cambiado – o muy poco -en 7 años. De entrada, hay que señalar que el Metro de la Ciudad de México representa un medio de transporte, un lugar de esparcimiento y un mercado de bienes y servicios, legales e ilegales, donde día a día más de 5 millones de personas interactúan a través de sus 195 estaciones, 1042 comercios (llamados PATRS) y 12 líneas que se comunican entre sí. No hay, en el continente americano, ningún lugar donde haya mayor concentración de personas de forma habitual. Véanse algunos de los detalles.

Primero. La Línea 12 cuenta con 466 escaleras eléctricas y 8 aceras móviles las cuales presentan constantemente fallas, que en el mejor de los casos las mantienen detenidas, pero en muchos otros han provocado accidentes que van desde caída de usuarios hasta la mutilación de miembros como dedos de los pies en su mayoría de niños pequeños debido a la falta de mantenimiento, que representa un gasto millonario al tenerlo contratado con empresas externas con  anexos técnicos poco claros en  el alcance de dicho mantenimiento. Así, por ejemplo, en 2019 sólo la empresa SINERGMAN S de R L de CV cobró en 3 contratos las cantidades de STC-CNCS-101/2019 $73,607,00.00 STC-CNS-011-2019 $17,815,186.90 STC-CNS-019-0057-2019 $ 270,000,000.00, inversión que no concuerda con el estado deplorable de los equipos.



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