COLUMNA CONTRAPLANO
MONTERREY, N.L. (apro).- La mítica guitarra Fender Mustang, que tocaba Kurt Cobain, es utilizada como un arma homicida. La víctima es alguien, un genio o charlatán, que proclama haber compuesto los más grandes éxitos musicales de la actualidad. Las encumbradas estrellas del rock, que alguna vez dijeron haber creado obras maestras, le mintieron al mundo porque sus piezas inmortales fueron hechas por alguien más, un hombre que, por ese gran timo, merece perecer.
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