Héctor Tajonar
MÉXICO, D.F. 01 de marzo (proceso).- El caso de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, detenido 13 años después de haberse fugado del penal de alta seguridad de Puente Grande, es la evidencia insoslayable del poder corruptor del narcotráfico, que incluye a personajes del más alto nivel de los gobiernos federal, estatal y municipal; del aparato de seguridad y justicia del Estado, así como del mundo empresarial. Esa vasta red de complicidad, hasta ahora anónima e impune, operada por profesionales altamente capacitados en finanzas, leyes e ingeniería, ha permitido que el Cártel de Sinaloa se haya convertido en el emporio criminal más importante del mundo, con presencia en 54 países.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí