CIUDAD DE MÉXICO (Proceso). – Nadie como Andrés Manuel López Obrador conoce la pobreza del país. Nadie como él ha recorrido las rancherías y los pueblos y las zonas más marginadas. Nadie como él entiende y sufre la desesperanza que se respira ahí. El México de los de abajo, ignorado, despreciado, ocultado. El México habitado por una subclase permanente de 52 millones de personas, muchas de las cuales no tienen dinero suficiente al día para comer.
Los sobrevivientes de un sistema económico y político que no ha funcionado para ellos, con avances y logros infinitesimales ante la inmensidad de los retos. Sexenio tras sexenio, gobierno tras gobierno, 30 años ostensiblemente combatiendo la pobreza que persiste, tercamente. No sorprende que haya ganado un político que prometió ponerlos primero. Sí sorprende que una vez en el poder, no se aboque a protegerlos.
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