CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con el proceso de elección presidencial en marcha, el PRI enfrenta en San Lázaro el desafuero de tres de sus militantes y la revelación de que el expresidente de la Mesa Directiva, Francisco Arroyo Vieyra, realizó operaciones por 1.2 millones de dólares en un banco español señalado como “lavadero” de recursos ilícitos.
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