El renacimiento de Elba Esther

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Uso y costumbre del presidencialismo priísta, al iniciar cada sexenio ocurría una baja en la clase política que, por analogía, solía relacionarse con la soviética nomenclatura y, como tal, ejecutaba sus purgas. En el regreso del PRI a la Presidencia, con Enrique Peña Nieto –pues la impericia con Vicente Fox y la debilidad con Felipe Calderón suspendieron la costumbre–, la purga se reeditó en el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo Morales.

El manotazo cumplía dos propósitos: eliminar un obstáculo y enviar el mensaje de que al nuevo mandatario no le tiembla la mano para hacerse respetar. Su efecto era inmediato en la sumisión y obediencia que, sin embargo, duró poco tiempo al peñismo pues vio su desgaste y caída irreversible, apenas cumplido se segundo año.



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