El #ROMAFest, un vaivén de sentimientos con final (casi) perfecto

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “¡Olé, olé, olé oleeé… Cuarón, Cuarón!”, una y otra vez coreó la gente en el Monumento a la Revolución, cuando el cineasta mexicano hizo una videollamada desde el Teatro Dolby, en Hollywood, y apareció con sus tres premios Oscar en las manos.

“¡Regresa la cámara para la banda!”, le indicó el director de Roma a la DJ que sostenía el teléfono, cuya imagen se proyectaba en las tres pantallas gigantes que se colocaron para observar la entrega del premio y el triunfo de Cuarón con su más íntima producción cinematográfica hasta el momento.



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