CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 23 de abril del próximo año se cumplen tres décadas de que Carlos Salinas impuso a Elba Esther Gordillo como la suprema líder magisterial, pero ni él ni ningún priista le dieron tanto poder político, económico, sindical y electoral como Vicente Fox y, sobre todo, Felipe Calderón.
Los implicados en esta trama corrupta quisieran que nadie lo recuerde, pero Elba Esther Gordillo es la cacique sindical favorita de los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN).
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