Un grupo de pescadores de una comunidad indígena en Guatemala exigió conocer el impacto ambiental de una mina de ferroníquel implantada en sus tierras ancestrales. Uno de ellos fue asesinado, y un periodista local fue criminalizado por cubrir la historia. Forbidden Stories, un consorcio internacional de 40 periodistas que publican en 30 medios de comunicación, unió fuerzas para continuar el trabajo del reportero. Este artículo forma parte de la serie “Green Blood”, un proyecto que sigue indagando las historias de periodistas amenazados, encarcelados o asesinados mientras investigaban temas medioambientales.
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