Entre el infierno y la esperanza

EJIDO SANTA ELENA, Coah.(proceso).- Con extrema meticulosidad, Silvia Ortiz examina las piedras, la arena y el carbón que los agentes de la policía ministerial de Coahuila han colocado sobre una mesa después de cernirlos con una malla. Con guantes estériles inspecciona pequeños trozos negros de menos de un centímetro de longitud y los separa del resto de residuos.

“Este es un pedacito de hueso. Lo distingues por su porosidad, dureza y brillo. Hay que separarlo para que lo analicen. Aunque sea un pedacito chiquito, es alguien que fue amado, y lo necesitan en una casa”, explica Silvia, presidenta del grupo Víctimas por sus Derechos en Acción (Vida), mientras estudia el material que había sido descartado por peritos forenses durante una excavación previa, en una zona poblada por abetos a unos cien metros.



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