CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El festejo de Clara Brugada tras asumir la jefatura de gobierno de la Ciudad de México fue un tropezado por un carnaval que la obligó a esforzarse más de lo que podía con los problemas de cadera que sufre desde hace meses, tras una operación, como ella misma lo ha hecho público.
Desde la mañana que llegó al Congreso de la Ciudad de México a la toma de protesta oficial, la morenista dejó el bastón que usa desde hace meses, pero siempre caminó apoyada por, al menos una persona, y con dos, cuando subía escalones.
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