CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Si el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende un cambio de régimen político, es necesario que concentre el poder y centralice las decisiones clave, pues detonar una transformación social sustantiva y desmontar un sistema de privilegios para una élite corrupta sólo puede realizarse desde la restauración de un presidencialismo fuerte, sostiene el historiador y analista Lorenzo Meyer.
Ahora bien, aclara: “Hay de presidencialismos a presidencialismos. No es lo mismo uno autoritario en un sistema concentrador de privilegios –como el de Miguel Alemán o el de Carlos Salinas de Gortari–, que el actual, afincado en una base electoral amplia y real, a la que se movilizó hacia las urnas en pos de un proyecto colectivo que implicaría rupturas con el pasado”.
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