CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El estigma de traidores y corruptos le ha sido impuesto por sus compañeros del PAN a Ernesto Cordero, Javier Lozano, Salvador Vega y Roberto Gil Zuarth –secretarios de Estado y particular en el gobierno de Felipe Calderón–, luego de que el primero fue elegido presidente del Senado a contrapelo de su bancada y porque “coincide con los intereses del PRI-gobierno” de imponer como fiscal transexenal al priista Raúl Cervantes Andrade.
Se trata de un nuevo choque entre facciones del PAN que ha escalado a niveles insólitos ante el silencio de Calderón y de su esposa, Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial como Ricardo Anaya, quien como presidente de la Cámara de Diputados avaló también, en 2013, el “pase automático” a fiscal, acordado con el presidente Enrique Peña Nieto en el Pacto por México.
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