CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En todo el país, unas cuantas familias se disputan cargos públicos, se presentan a elecciones y, aunque en el debate político suelen cruzar acusaciones y declararse en franca confrontación, es posible que el fin de semana terminen coincidiendo, departiendo y solucionando un reparto de posiciones en el club exclusivo o la reunión familiar.
El sexenio de Enrique Peña Nieto mostró al país la enorme influencia del llamado Grupo Atlacomulco, cuyos miembros se han relacionado a través de varias generaciones por la vía familiar. Son primos, hermanos, cuñados… son reparto de poder consanguíneo, son derecho de sangre ineluctable, que se prolonga a través de los años.
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