Dossier Euro
Madrid (apro).- Prácticamente todos los gobiernos miembros alrededor del mundo asumen las directrices del Fondo Monetario Internacional como si se tratara de la palabra de Dios. Y, aunque pataleen, todos acaban sometiendo a sus gobernados a las duras recetas de este organismo supranacional, que se supone el centinela de la estabilidad financiera de la economía mundial.
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