François Mitterrand: el amante fogoso

columna/ Así va el mundo…

París (apro).- “Amo tu lealtad, tus escrúpulos, porque me dijiste las palabras que necesitaba (‘ya no estás solo’), porque una nueva densidad da a nuestra historia un peso fundamental, porque lucías tan bella bajo el sol, porque lucías tan bella en la noche, porque tu brazo encerró mis hombros, porque tu cuerpo era miel, perfume, música y tu boca era el agua del cielo en medio del verano (…) Te amé mucho tiempo antes de probar el sabor de tu amor”.


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