Muy amable, lúcido, platicador, a sus 98 años el Frido Guillermo Monroy Becerril relata el devenir de lo que implicó convertirse en muralista, de su aprendizaje teórico-práctico para ser más que un “ayudante” en obras históricas, y de lo que piensa del muralismo a cien años de su creación.
Sobre todo, al afirmar que la mejor manera de celebrarlo es restaurando las obras, legado de la nación.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí