CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La marcha le salvó la vida a Horacio Nava Reza. La prueba más extenuante del programa olímpico, esa en la que se caminan 50 kilómetros y los competidores a veces cruzan la meta casi al borde del desmayo, es la que Nava abrazó desde que era un escuincle de escasos 10 años y vio en la televisión a Carlos Mercenario ganar una plata en Barcelona 92.
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