MÉXICO, D.F., 22 de marzo (apro).- ¿Qué hace un contralor” Investiga posibles malos manejos y los denuncia. Y cuando el contralor encuentra posible desvío de recursos y no hay consecuencia, ¿cuál es la razón” Sólo una: el cinismo se ha instalado en ese lugar, más si nadie le exige rendir cuentas sobre sus actos y decisiones.
Eso es justamente lo que está sucediendo en el Instituto Federal Electoral y sus nueve consejeros. Desde junio de 2012, los consejeros electorales fueron omisos ante pruebas contundentes de que se preparaba en algunas zonas y operaba ya en otras una triangulación de recursos millonarios, prohibidos por la ley electoral, hacía la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. El llamado Monexgate.
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