BOGOTÁ, (proceso).- A las 09:12 horas del pasado 4 de diciembre, Yuliana Samboní Muñoz –una niña indígena de siete años, cuya familia llegó a esta capital huyendo de la violencia en el sur colombiano– jugaba con uno de sus primos y una amiga en una calle polvorienta del barrio Bosques Calderón cuando una camioneta Nissan X-Trail gris se detuvo junto a ella.
El conductor, Rafael Uribe Noguera, abrió la puerta derecha del vehículo y la llamó.
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